"El amargo sabor de las rosas" es una novela coral en la que no hay buenos ni malos; solo personas con sus vicios y virtudes que tratan de sobrevivir entre la amargura, el amor, el odio y la desventura y donde el destino marcará el devenir de su final.
Es una historia de amor y desamores, de odios y de venganza, de tristezas y amargura, de soberbias y sumisión, de vicios y pasiones, de egoísmos y entrega.
Nos cuenta el enfrentamiento de dos mujeres: Consuelo y Doña Margara, que bien podrían ser la encarnación de aquellas dos Españas, ante un hombre enfermo de maldad y egoísmo.
Pero también es la historia de un tiempo que se nos antoja ya lejano, pero que aún está en nuestra memoria colectiva. Tiempo en el que las bajas pasiones y las ambiciones personales aparecían como ideales patrióticos o convicciones religiosas con las que justificar los hechos más reprobables.
Y por fin, "El amargo sabor de las rosas" es también una novela de costumbres que nos van a ayudar a comprender mejor todas las peripecias de sus protagonistas.
Está a punto de comenzar el siglo XX.