El niño que quería mover el horizonte
Martín Chirino fue uno de los escultores más importantes del siglo XX. Aunque su nombre ha traspasado fronteras, él siempre reconoció como fuente de inspiración el paisaje de su Canarias natal. Ávido de conocimiento, viajó alrededor del mundo para aprender de diferentes culturas, que abrieron sus horizontes a una obra única que condensa el arte de tres continentes. Sus esculturas, grandes piezas de hierro en las que juega con todo tipo de geometrías espaciales, son un derroche de imaginación y talento que le han convertido en el mejor embajador de la cultura canaria, y española, en todo el mundo.
Tanto el registro de la narración como el estilo de las imágenes están adecuados a escolares con una franja de edad entre 8 y 11 años. El texto y las ilustraciones se aseguran de tratar temas didácticos transversales a los ámbitos de actividad del personaje, en especial aquellos relativos al mundo de la física, de cara tanto a la lectura en familia como al uso en centros escolares y al refuerzo al programa educativo.
Las páginas finales del libro contienen una biografía resumida del personaje y una cronología que lo enmarca en la evolución de su disciplina, entre otros personajes destacados.