El clan de los Pelayos se hizo famoso en toda España y ocupó las portadas de varios medios de comunicación... Gonzalo García-Pelayo nació en 1947 en una familia de dieciséis hermanos. El, por su parte es padre de cinco hijos. Por su trayectoria profesional y personal, conoce bien lo que es nadar contracorriente y romperse la camisa por perseguir un sueño. .. cosa que nunca se le ha resistido. Corría la década de los noventa cuando pergeñó una fórmula de probabilidades con la que consiguió ganar a los casinos de todo el mundo. Su hazaña quedó impresa en el libro que junto con su hijo, Iván García-Pelayo, publicó en 2003: La fabulosa historia de los Pelayos. Además, Gonzalo ha sido mánager y entrenador de Juan Carlos Mortensen, campeón mundial de póquer. Ha realizado para la televisión diversos cortometrajes en diferentes programas (Vivir cada día, Delirios de amor) y sobre todo la serie Pensión El Patio, con guión de Agustín Embuena. Como director de cine ha realizado cinco largometrajes (Manuela, Vivir en Sevilla, Frente al mar, Corridas de alegría y Rocío y José). Ha producido más de 130 discos con artistas como María Jiménez, Aute, Triana, Benito Moreno, Amancio Prada, Alameda, Labordeta, Pau Riba, Lole y Manuel, etc., y ha apoderado a varios toreros, entre los que destaca Pepín Jiménez, fino estilista lorquino. Corría la década de los noventa cuando Gonzalo García-Pelayo, filósofo de vocación y bon vivant de carrera, llegó a la brillante conclusión de que «nada es perfecto». Si esto era así, no podía haber ninguna superficie que fuese absolutamente regular. Todas tenían que estar sometidas a algún tipo de desviación, incluso (¡eureka!) la de las ruletas. Y así fue. Con esta teoría bajo el brazo, Gonzalo, su hijo Iván, filósofo (él sí de carrera) con una incipiente vocación de vividor, y una buena parte del resto de la familia, recorrieron los casinos de todo el mundo y, con laboriosa tenacidad, consiguieron hacer saltar la banca de los más prestigiosos locales de juego y obtener de ella pingües beneficios. El clan de los Pelayos se hizo famoso en toda España y ocupó las portadas de varios medios de comunicación. Su suerte llegó a ser tan espectacular, que los propios casinos les prohibieron la entrada y los muchachos tuvieron que acabar por dedicarse a otros menesteres... Siempre al margen de lo cotidiano. Sus experiencias convierten la hazaña de los Pelayos en un relato lleno de acción que más tiene que ver con las aventuras de un Kerouac que con las afamadas desgracias de otros jugadores literarios.