La elección del tema surgió de dos motivos principales. El curso con el que queríamos
trabajar, tercero de primaria, estaba en contacto con una escuela en Tessa, Níger,
dentro del proyecto educativo "Projet Niger", y, por ello, queríamos abordar un
tema común que fuera de interés para ambos grupos. El profesor, Christian Moreau,
al frente del curso, colaboró con el desarrollo del trabajo, implicándose de modo
no sólo profesional sino personal, solucionando todos los problemas que fuimos
encontrando a lo largo de la experiencia. Más tarde, repetimos el proyecto en el
Colegio Estilo, en cuarto de primaria, combinándolo con ritmo y movimiento.
Por otro lado, llevábamos trabajando más de un año con el Museo Arqueológico
Nacional, y entre nuestros deseos estaba plantear alguna actividad educativa.
Tras huir de clichés sobre el arte africano manejados en la escuela (máscaras,
etc.), que, en vez de acercar las comunidades educativas las alejaban e introducían
el carácter de "exótico" y "diferente", decidimos implicarnos en un tema que en
principio nos parecía de difícil comprensión por parte de los niños y niñas: el
dinero, su nacimiento y transformación, su carácter de convención y acuerdo social,
a la vez que su importancia en todos los ámbitos de la vida de niños y adultos.
Ayudados desde el inicio por el departamento de Numismática del Museo
Arqueológico Nacional, y tras una visita guiada, quedamos fascinados por el
potencial de reflexión que aportan el dinero y la moneda, la variedad de dinero
existente en la historia de la humanidad, el nacimiento de la moneda y la multitud
de ejes temáticos que surgían a su alrededor con gran interés educativo y de
re exión social sobre las sociedades, la necesidad de consensos y pacto, y los
orígenes de los intercambios.
Nos interesaba que niñas y niños refleexionaran desde el inicio sobre la diferencia
que hay entre el precio de las cosas y su valor. Queríamos que se preguntaran sobre
el inicio de los intercambios: su necesidad, sus comienzos, su lógica, la dificultad de
los mismos y, por ello, el nacimiento de los objetos que tomarían el puesto de los
intercambios directos: el dinero.