El arte de vivir felices considera la felicidad como un arte para el que todos estamos capacitados, que se perfecciona con entrenamiento, esfuerzo y la satisfacción del deber cumplido. La felicidad no depende de ninguna inspiración exterior, tampoco hay que obsesionarse para alcanzarla como meta o fin. Está en el propio camino, en cada etapa bien recorrida, en cada pedalada o trabajo realizado con amor. La función más importante de la vida es descubrir, disfrutar, compartir y tallar la felicidad; la obra de arte de nuestras vidas.