Los padres de Pablo le proponen acoger, durante el verano, a un niño saharaui de los campamentos de refugiados. Pero llega una niña, Naísma, y a Pablo se le rompen los esquemas. La familia pasa las vacaciones en un pueblo de la costa asturiana. La resistencia de Pablo hacia la niña no sólo se va deshaciendo a medida que la conoce, sino que termina experimentando un sentimiento que no conocía, el amor. Naísma le habla de la vida en su país y de un secreto: los gigantes de la luna. Cuenta una leyenda que un barco repleto de plata se halla escondido en una gran duna. El muchacho descubrirá, cuando visite a Naísma, que el verdadero secreto de los gigantes de la luna es la lucha por la libertad del pueblo saharaui.