Situada en la meseta norte, Castilla y León es, por su considerable extensión, una tierra de fuertes contrastes. Su superficie, más de 94.000 km2, la convierte en la región más extensa de la Comunidad Europea, pero su débil poblamiento -dos millones y medio de habitantes - ha permitido, hasta ahora, el mantenimiento de unas relaciones acordes entre sus pobladores y el entorno. No quiere decir esto que las alteraciones humanas en el paisaje no sean profundas. Como ocurre en cualquier lugar don de la historia se remonta a varios miles de años, la actividad del hombre es el principal agente moldeador del paisaje. Pero los ambientes resultantes, palmeras, dehesas mantienen o mantenían, al menos hasta hace poco una dinámica propia en que la actividad agrícola y pecuaria entran dentro de los ciclos biológicos estacionales.El territorio de la región se vertebra en una vasta altiplanicie recorrida por el Duero y limitada por las cordilleras Central al sur, Ibérica al este, Cantábrica y Galaico -leonesa al norte y oeste, así como las profundas quebradas configuradas por este río y sus afluentes en la frontera con Portugal. Sus nueve provincias poseen dentro de sí mismas y entre ellas interesantes diferencias ecológicas y paisajísticas, debidas tanto a su hidrografía y relieve como su clima.
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