Arturo es un solitario profesor de lenguas muertas, recién jubilado de su actividad docente en una universidad privada de segundo orden. Su nuevo estado no hace más que incrementar la perplejidad ante un mundo cada vez más extraño que funciona por completo al margen de sus competencias y de sus ilusiones. El relato se centra en los primeros seis meses desde su jubilación, un período en el que van a aparecer imprevistas contingencias que alterarán su pequeño y pintoresco mosaico de relaciones humanas, obligándole a tomar decisiones y a efectuar un riguroso balance retrospectivo sobre la trayectoria ética y emocional de su existencia.