La preexistencia de la Santa Sede tras la desaparición de los Estados Pontificios representó una anomalía en los parámetros tradicionales de la subjetividad internacional. Si el Estado era el modelo clásico de sujeto internacional, fue precisamente la desaparición de la base territorial de aquélla y la efectividad de sus prerrogativas como sujeto (ius legationis, ius ad tractatumà), lo que contribuyó a la redefinición de los límites de la subjetividad internacional. En este sentido, el nacimiento del Estado de la Ciudad del Vaticano también ha supuesto una excepción a la regla general. A diferencia de los demás Estados, que por definición son entes políticos al servicio de su población, el Estado del Vaticano fue creado con un propósito instrumental, apolítico y trascendente a la población (no autóctona) que lo integra: el de garantizar la independencia y soberanía de la Santa Sede en el contexto internacional. Aunque su creación pueda parecer algo simbólico, tiene una gran importancia desde el punto de vista del derecho internacional: gracias a su existencia la Santa Sede está presente en foros y organismos internacionales en los que, por su finalidad o exigencias estatutarias es preciso la participación de un ente estatal. En esta obra se hace un estudio de ambas subjetividades, analizando no solo sus fundamentos históricos y jurídicos, sino también los efectos de las últimas reformas (reforma constitucional, nueva geopolítica de la Santa Sede à) que han afectado a ambos sujetos. Esta obra completa el catálogo de Editorial Aranzadi.