Mirar al futuro con esperanza desde el interior de nuestra Iglesia es uno de los retos fundamentales que tenemos los cristianos del siglo XXI. Mirar al futuro es buscar y percibir la novedad que se oculta bajo los signos del tiempo que nos toca vivir. Mirar al futuro es comprometer la propia vida y acoger el nuevo puesto que todo creyente tiene en su comunidad de fe. El autor de este libro presenta el nuevo contexto mundial y eclesial que está surgiendo y las solicitaciones que desde él se dirigen a cada forma concreta de ser cristiano: a los laicos, a los religiosos y a los presbíteros.