Un misterioso individuo, identificado únicamente como jefe de cierta brigada republicana, cuenta lo sucedido durante una operación puesta a su cargo. Centra sus miras en los camaradas que le acompañan -agentes soviéticos, miembros de la NKVD-, en los componentes de la familia que «visitan» y en algunos detalles de su propia vida. Todo parece ir bien de momento, pero pronto se complica el asunto por culpa de las «maneras» que muestran esos agentes y la operación acaba en desastre. ¿O acaso no? El brigadista se hace esa pregunta, y otras muchas tocantes a su condición revolucionaria, y al cabo halla una serie de respuestas que dan al traste con buena parte de sus convicciones. La más importante de todas -la respuesta clave- le sitúa frente a su conciencia y también frente a la memoria de la Historia, lo cual supone una carga que, andando el tiempo, le lleva a adoptar una enigmática actitud de espera. La espera, quizá, de aquel que busca imperiosamente la justicia.