Nos dirigimos a la minoría que cree en la vida intelectual como una actividad auténtica y apasionante que busca la belleza de la verdad. Y que, por eso y en esa medida, presta hoy, como siempre, un gran servicio. Pensamos los fundamentos de la tarea de educar; se recogen muchas experiencias sobre la actividad docente y sobre el arte de escribir; y se proporciona una amplia y selecta bibliografía comentada. Repetir que la vida intelectual o la universidad están en crisis, es un tópico. Siempre han estado en crisis, porque son mucho mayores sus ideales que lo que se puede realizar. Pero el reto de cada época es no dejar que esos ideales se disuelvan en la mediocridad o en la rutina de la «noria académica», como formulaba una gran novela. Esa es la tensión creadora que da sentido a la vida intelectual y la medida de su honestidad.