A Bet le gusta mucho dibujar, pero nunca imaginó que también se pudiera pintar con las palabras. Lo descubre gracias a la poesía, y desde entonces su mundo se llena de color. Un cuento en forma de poema para mostrar a los más pequeños que empiezan a leer el poder simbólico y evocador de las letras. El ritmo poético del relato unifica palabras e imágenes y, además, incluye una parte lúdica: descubrir el acróstico de las cuatro primeras páginas y reconocer los siete colores que van surgiendo en el cuento.