Es difícil -seguramente imposible- relatar una guerra tal y como en realidad aconteció. Lo que casi siempre nos llega es el relato de alguien que por diversos motivos e intereses refiere la historia desde la perspectiva que más le conviene. Es lo que ocurre con el capitán Baltasar de Morales y su Diálogo de las guerras de Orán, que ofrece una versión literaria de las campañas que don Martín de Córdoba, conde de Alcaudete, mantuvo contra turcos y beréberes en Orán entre 1542 y 1558, fecha de su muerte y derrota en Mostagán. La historia culmina con la heroica defensa que hicieron de Mazalquivir don Alonso y don Martín, hijos del conde, contra el asedio turco de 1563. El libro, impreso en 1593, estaba además dirigido a otro miembro de la estirpe que también había servido como soldado en el norte de África, Martín Alonso de Montemayor. De esta manera, Morales convirtió su Diálogo en un cumplido elogio de la casa nobiliaria de los Fernández de Córdoba y Montemayor, que había recibido no pocas críticas por su gestión del gobierno oranés.
Al Diálogo del capitán Morales le cupo asimismo el privilegio de ser lectura del mismísimo Miguel de Cervantes, que lo utilizó como una de sus fuentes para componer El gallardo español. En esta comedia, Cervantes dio cuenta del asedio turco de 1563 e introdujo como personajes a los hijos del conde, don Alonso y don Martín de Córdoba, a los que llegó a conocer personalmente en 1581, durante la misión que, tras su cautiverio, Felipe II le asignó en el presidio norteafricano. Al fin y al cabo, el capitán cordobés y el soldado herido en Lepanto habían compartido territorios de guerra y enemigos comunes.