«Los hombres no deben buscar nunca la perdición a manos de otros hombres.
Si ha de llegar, la perdición viene por sí misma».
En los reinos civilizados de Arádica, la tierra tiembla y los ríos lloran. Con las cenizas del último Reino del Olvido aún flotando en la brisa, la oscuridad se alza una vez más en el norte para engullir los dominios de los hombres.
Desde las altas cumbres de la Ciudadela, el Creador Supremo Ylá-Anj-Garré espolea a sus huestes, los guerreros salvajes de los Clanes Perpetuos, alimentando su sed de sangre para un nuevo Ciclo de Purificación.
El príncipe Lethan, soberano del reino sagrado de Ganeydn, tratará de construir una alianza desesperada entre los reinos del sur para hacer frente a la amenaza; si es necesario, a través de la intriga y el asesinato. El torbellino creciente arrastrará hacia su interior a multitud de protagonistas involuntarios de una historia épica, en la que quizá el objetivo no sea la victoria común, sino la propia supervivencia: Arxagorgis, el granuja indomable siempre en busca de una oportunidad de hacer fortuna; Alitenu, el exótico cazador de ballenas proscrito por la maldición del rayo; y Arauka, la guerrera de la marca del lobo, que no conoce más vida que la batalla ni mayor pasión que la gloria.