SOLUCIONES
No hemos de olvidar que la forma de expresarnos suele ser una de las más importantes cartas de presentación, pues la lengua ayuda a situar a cada persona en un espacio sociocultural. Aunque sea solamente por eso, conviene que cuidemos la manera de hablar, o sea que intentemos reducir los elementos innecesarios (como las muletillas), que utilicemos un léxico variado y exento de inútiles anglicismos, que empleemos con corrección nuestras normas gramaticales o que sepamos que existe un registro coloquial (el habla de la bata), cuyos usos pueden no tener cabida en otro registro más formal (el habla de la chaqueta). Hablar bien, también, implica un buen empleo de los mecanismos de cortesía, de argumentación y de conexión entre nuestras ideas. Este libro, como advertimos en el prólogo, pretende que el lector recapacite acerca de estos y otros temas. Tras su lectura, es posible que podamos percatarnos de cuestiones que, aunque conocidas, no sean, en cambio, atendidas cuando hablamos con nuestros vecinos o exponemos nuestras opiniones en cualquier reunión.