En nuestros días, el Estado indio pretende encarnar los valores de una democracia política estable, una unidad territorial armoniosa y una imparcialidad inquebrantable en asuntos de religión. Incluso muchos de los que critican las sangrantes desigualdades de la sociedad india suscriben estas mismas tesis. Pero, ¿hasta qué punto se corresponden dichas afirmaciones con la realidad actual de la República de la India? Y, si no lo hacen, ¿cuál puede ser la razón?: ¿se deberá meramente al peso de las circunstancias, o acaso es el resultado de una sobrevenida falta de honradez por parte de los gobernantes? La ideología india sugiere que las raíces de los actuales males de la República son históricamente mucho más profundas. Radican en la manera misma en que la lucha por la independencia culminó con la transferencia de poder de manos del gobierno británico al Congreso Nacional Indio (Partido del Congreso) en un subcontinente dividido, y no sólo en los papeles desempeñados por Gandhi -como el gran arquitecto del movimiento- y por Nehru -como el sucesor designado- en la catástrofe de la partición de la India. Sólo un ajuste de cuentas sincero con dicho desastre -argumenta Anderson- ofrece una explicación cabal de lo que ha fallado en la República de la India desde la independencia. Una «idea de la India» que permea amplias capas, no sólo entre las clases dirigentes, sino de manera generalizada en la vida intelectual de la nación, y además soslaya -cuando no directamente suprime- muchas de las realidades incómodas, pasadas y presentes. También buena parte de la izquierda -por razones propias- tiene pendiente la impugnación de dicha idea, que ha cristalizado en nuestra época como una renovación del consenso inspirado en Nehru. En La ideología india, Perry Anderson sugiere otra forma de ver el país replanteándose, a la luz de cómo les va hoy a millones de indios en la República, los acontecimientos que han marcado el destino del subcontinente indio durante más de un siglo. Siguiendo al Marx que instaba a sus contemporáneos a «considerar serenamente sus condiciones reales de vida», Perry Anderson proporciona un ejemplo acabado de cómo llevar a cabo tal empresa.