Al horizonte le falta un trocito
a la derecha de donde se pone el sol.
Por ese hueco saltan los peces
y las botellas que esconden mensajes secretos.
Un pirata vive obsesionado con la idea de descubrir qué se esconde detrás del horizonte. Ni las nuevas aventuras,
ni las batallas, ni el juego del escondite inglés, con el que a menudo se entretiene para paliar las horas muertas, le
distraen de su obstinación.