Si el vivir la propia vida ya es un recorrido de aciertos y errores, y requiere un aprendizaje, qué no será ese compartir -a distintos niveles- nuestra vida con los demás. Soy de los que piensan que pocas cosas, por no decir ninguna, deben ser dejadas a una espontaneidad incontrolada y desde luego, entre esas pocas cosas no se encuentra la convivencia.
La convivencia debe ser objeto de estudio, de reflexión. La inteligencia juega un papel muy importante a la hora de relacionarnos con los demás. Y desde estas páginas queremos hacer ver cómo conociendo el buen funcionamiento de los distintos factores integradores de la convivencia, ésta se puede mejorar sustancialmente. Junto a la inteligencia se encuentra el amor como segundo elemento vertebrador de la convivencia. No es de extrañar, pues, que sean -inteligencia y amor- los dos principios rectores de la convivencia, el hombre es cabeza y corazón, y también en la proyección de su yo en los otros está reflejada la dimensión cognitiva y afectiva. (Del prólogo).
Miguel-Ángel Martí García (Valencia, 1945), Catedrático de Filosofía. Ha publicado en esta editorial La ilusión (6ª ed.), La intimidad (7ª ed.), La admiración (4ª ed.), La tolerancia (5ª ed.), La madurez (5ª ed.), La afectividad (3ª ed.), La sensibilidad (3ª ed.), La elegancia (3ª ed.), La serenidad (4ª ed.), El encuentro, El silencio, El tiempo, El agradecimiento, El sosiego y las novelas Atardecer en el Sur y Luz entre naranjos.
En todos sus escritos intenta hacer una analítica existencial entorno a la autenticidad del hombre.