Para una teoría filosófica de la globalización
A la conexión entre relato y filosofía, que constituye la característica más sobresaliente de los libros de Peter Sloterdijk, hay que añadir el hecho de que a comienzos del siglo XXI se pueda contar con algo radicalmente revolucionario con respecto a la globalización. Esto se debe a que el autor se toma en serio las consecuencias histórico-filosóficas que van unidas a la imagen de la Tierra como globo, proponiendo la tesis de que lo que se elogia o vitupera como globalización es la fase final de un proceso y de que ya es posible detectar elementos de una nueva época ulterior a la globalización. En la fase final de la globalización el sistema mundial se ha desarrollado plenamente y, en tanto sistema capitalista, determina todas las circunstancias de la vida. El Crystal Palace de Londres, lugar de la primera Exposición Universal de 1851, le sirve a Sloterdijk como metáfora de esta situación: el palacio pone ante los ojos la inevitable exclusividad de la globalización, la edificación de una contextura de confort, es decir, la construcción y despliegue de un espacio interior de mundo, cuyos límites, aunque invisibles, son prácticamente insuperables desde fuera.