Laura Carson vive y trabaja en Madrid donde formó su propia familia y se despojó de la anterior, como quien se quita un jersey de cuello alto en pleno agosto. Está casada con Mario y es madre de dos hijos: Mateo, con síndrome de Asperger, y Amanda, la hermana adolescente de un Asperger. Su trabajo como farmacéutica le permite conocer casi todos los males del vecindario, pero ella bien sabe que hay dolencias que no se pueden curar. Con todos sus claroscuros guarda sus recuerdos en una caja de latón: las últimas fotos que hizo su hermano y también las cartas que no lee y recibe de su madre. Amanda Carson, sabe que a su madre no le cabe más dolor en esa caja. Deberá buscar la suya propia o hacerle frente a un suceso que la hizo mayor a punto de cumplir los 15. Eso, o curarse detrás de su cámara de fotos. Y el amor. Que no siempre el primero es el primero. Esta novela habla de madres e hijas. De las mujeres que creían ser, las que son y las que serán algún día. Queda lejos de ser una novela romántica, pero sí es una historia de amor.