Chile es naturaleza a escala colosal, un país, delgado y alargado hasta lo inverosímil para recorrer sin prisas. A cada paso asombra y la naturaleza es toda una sinfonía a través de sus 4300 km: dunas, valles fértiles, volcanes, bosques antiguos, glaciares inmensos y fiordos. Además de la naturaleza, una copa de un vino tinto con cuerpo, un blanco de agradable acidez o un rosado floral animan el placer de disfrutar de una buena comida aderezada con una conversación. Y es que Chile es el país de la buena onda, un lugar donde el forastero es siempre bien recibido.
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