El tudelano Abraham ibn æEzra', tras abandonar hacia 1140 la Península Ibérica, llevó a las comunidades judías de Italia, Francia e Inglaterra los logros científicos y literarios alcanzados por sus correligionarios hispanos en los siglos X y XI. Poeta, filósofo, exegeta, matemático, astrónomo, astrólogo, critico literario y gramático, Ibn æEzra' fundió en el crisol de su obra todo el conocimiento acumulado por los judíos andalusíes, un complejo sistema en el que todos esos aspectos se relacionan íntimamente entre sí: la gramática se explica por la matemática, la exegesis se ayuda de la filosofía o la astrología, sus poemas se pueblan de imágenes astronómicas.