¿De dónde obtuvo Cervantes la información necesaria para poder escribir las increíbles aventuras de los dos manchegos protagonistas del Quijote? ¿De los cartapacios encontrados en el Alcaná toledano escritos por Cide Hamete Benengueli? Durante siglos muchos lectores e investigadores se han hecho esta pregunta sin encontrar la respuesta. Por ventura, un antiguo manuscrito encontrado en un polvoriento desván proporciona una versión sorprendente. Gaspar de Montiel, testigo directo y protagonista de la trama, nos transporta de lleno al siglo de oro con este cautivador relato.