Un orden social dominado por la lógica del capital y de la competencia no puede producir las condiciones que hacen posible una verdadera comunidad y una auténtica ciudadanía. El socialismo tiene que ser concebido como parte de una larga lucha por alcanzar una sociedad más justa, sólo así sigue siendo no sólo deseable sino posible. El socialismo tiene que ser entendido como una tarea permanente para el logro de la democracia, la equidad y la creación de una economía bajo control democrático.